miércoles, 3 de septiembre de 2014

Reflejo de querer


Te sigo en mitad de esta carrera de obstáculos, y no tengo ni la menor idea de quién eres, sólo te escucho, lejos, cerca.

El sonido que emites. Eres música, un hilo invisible que azota el viento. ¿Cierto?

Juegas, lo sé. 

Te siento, sólo me dejo llevar. Por ti.

Acabas de desmayar suavemente un suspiro de anhelo, paras. ¡Qué carácter!

Tus pies, tintineo del aleteo de tus dedos en el aire. Eco, voz, sigo sin verte. Te imagino, y, me tocas. Cubres mi rostro como si fueran tus cuerdas, tú eres sombra, que cubre todas mis cavernas.

Duermo con el cosquilleo de mi  inconsciente que te va buscando en cada sueño, pero que al entrar el sol por la ventana te pierde, y pierdo el sueño y toda huella de recuerdo.

No dejas de avanzar en mí, el tacto de tus manos afiliadas al arco carnívoro en cantino. Sobre mi piel. Te oigo.

Vibras en mí, rozas mis heridas, soy la envolvente de tu melodía.

Adivina.