miércoles, 9 de diciembre de 2015

Recuérdame

Sal de mi gloria.
Sal de mi vida.
Quizás decidas no volver.
¿Sientes ese viento?
A veces te abrazo. Tú me diste uno en el que te sentí entera. He de confesar que nunca había sentido tanto en otro abrazo, fue el primero y sigue siendo el único.
Escribo a veces cosas que no pude decirte, que ya estaban fuera de lugar. Buenos días, ¿qué tal estás?, ¿cómo ha ido el día? ¿Sabes? Hoy nos recordé en ese orgasmo, ayer en esa carcajada, mañana te recordaré dormida, encaramada a mí.
Este presente de ausencia, pasa incoloro a todo el dolor que guarda.
Déjame decirte algo,
te quiero,
y no me gusta esto.