miércoles, 19 de marzo de 2014

Hasta luego

No hay más que lluvia en nuestra ventana, amor.
Los días nublados, aún no se han terminado.
Tú me abrazas para liberar la última gota de calor,
para sentir el cariño a roces,
para dormir envuelta en una manta de ti.

Se nos escapa la vida entre susurros.
Nos quemamos las pestañas de tanto mirarnos.
Me dices cuelga tú, te digo no tú;
y así nos retamos a callarnos,
y el silencio nos golpea de pronto.

Se me escapa la duda que me dejas, 
«¿He de hablar?, ¿aún estará?»
Sueltas un bufido, me rio, y mi risa te condena a perder el duelo.
Vuelves a hablarme de constelaciones, de galaxias, de amor.
Me dices, «me robas el tiempo, ya llego tarde»
Te respondo asustada, «¡Mira ya que hora es!»

Corremos, oyendo nuestra agitada respiración,
sin dejar de sujetar firmemente nuestra comunicación,
bajamos escaleras al unísono, recortamos calles,
asfaltamos farolas.

Te veo a lo lejos, no cuelgas, porque ahí sí que no cedes.
Llegaras tarde darling, yo casi estoy.
Me guiñas tu ego, te cedo el espacio,
estás tan cerca.
—Cuelga tú –y me cuelgo, yo.


domingo, 16 de marzo de 2014

Happy ending

Me verás volver decía,
acostumbraba a viajar y descoser.
Me descosía el relleno en las tripas,
me susurraba palabras vacías,
y me creía todas sus mentiras.

Vivía inmutable al cambio,
que mi mundo cambiaba a cada paso,
y nunca prestó atención a los detalles
porque nunca le importaron.
Decía mientras, cosas insustanciales.

Se marchó como siempre,
y esa vez decidí no esperar,
también me fui para despertar,
para cortar el vínculo.

Volver a ser corriente.

sábado, 8 de marzo de 2014

Se dejaba llevar.

Estás guapa sin maquillaje, yo nunca te lo pondría después de verte así, shhh déjame hablar, siempre interrumpiendo. ¿Quieres hacer el favor de dejar de fumar?, no lo digo por tu salud, ya no, lo digo por la mía, ¿no te das cuenta de lo sexys que son las chicas malas como tú, esas que van de negro y de pensativas entre calada y calada? No digas nada, ya lo sé, tú eres así, y te aseguro que no quiero cambiarte, tampoco podría porque eres demasiado libre, eres testaruda, siempre obligándome a discutir contigo, y eso hace que te desee aún más.
¿Qué si tengo miedo a quemarme? Perdona pero necesitaba acercarme a ti, me lo han dicho las voces de mi cabeza.

¿Me dejas decirte algo? Desde aquí se ve mejor el mundo, sí, ahora ríete de mí, pero lo cierto es que ignoras que estoy reteniendo este momento, lo cierto es que no sabes que acabas de parar el tiempo, suerte que tú te ríes, suerte de mí de ti.