La realidad sepulta a lo imaginario.
Mi fantasía se ha escapado en un tren rumbo a la capital.
Tenemos cosas que confesar como que unos ojos marrón intenso con ilusión en cada mirada y la sonrisa más grande que hubiéramos visto, le dieron un golpe intenso al corazón.
Estoy segura que no era lo físico, la energía de esa chica, su dulzura, el trato, el cariño,...me gusta mucho que siempre tenga una sonrisa como respuesta, una carcajada a cada sarcasmo y una sentadilla para ayudarme.
Lo que me hipnotizó fue su olor, tres semanas pensando ¡Que bien huele! No os podéis imaginar lo ridícula que me sentía, en calma, feliz,...De repente mi nariz se hizo tan catadora de su esencia que por primera vez sentí ese perfume en la gente y sigo sin tener ni la más remota idea de cuál es.
A veces, hay personas que te tocan, que tienen algo que te apasiona, algo que anhelas, algo que admiras,...
Estaba tan enfadada conmigo porque no pude conocerla como me hubiera gustado, en gran parte al miedo que tengo de que alguien sepa como soy.
No quería no dejar constancia de cada detalle, de no hacer referencia a alguien especial, no quería seguir sin ser yo misma.
Ojalá en la próxima estación, mi tren este más disponible.
Hasta entonces debemos irlo gestionando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario