La atracción teñida de deseo,
las ataduras de todas tus armaduras.
Torre imponente con careta alegre.
Te instauraste en mi piel con la luz de tu halo,
luz marchita y ensombrecida.
La viajera huidiza.
La niña cobarde que se esconde.
La brujita hechizada en su propio embrujo.
No puedo envolverme en tus espinas.
No quiero tu afecto a ratos.
La razón se impone,
aunque el corazón te busque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario